23 de diciembre de 2014

[n=1] Mi experiencia con los suplementos de magnesio

En la guía sobre los suplementos de magnesio, comentaba que estos me habían resultado muy beneficiosos. Aunque mi experiencia personal sirve de poco (ya sabéis, n=1), creo que es útil relatarla para que otras peronas puedan relacionar sus propias experiencias con la mía, y esclarecer los efectos positivos de la reposición de electrolitos.

Hace unos meses, comencé a tener problemas gástricos bastante fuertes. Siempre suelo tener rachas de dolor abdominal independientemente de mi dieta, pero esta vez me dieron más fuerte de la cuenta, con las consecuentes visitas al baño que ello implica. Tenía miedo de comer. Al principio, pensé que la dieta cetogénica me estaba dando de lado. Estaba saliendo a correr y progresaba bastante bien, pero parece ser que se me metía algo de aire en el bazo, y eso no ayudaba. Gracias a que salía a correr casi a diario, mi resistencia a la insulina era muy baja, y mi ratio de insulina:carbohidratos era de una unidad de insulina cada 10 gramos. Así que empecé a comer más carbohidratos (unos 100 gramos al día), y mi salud gástrica mejoró algo, pero el control de la glucosa empeoró radicalmente, tal y como esperaba.



Así que volví a mi dieta usual con bastante alivio, y tras comentar mis experiencias en Paleo Spain, alguien me recomendó tomar un suplemento de magnesio. Ahora bien, suelo ser totalmente escéptico a la hora de tomar suplementos. Los almidones resistentes no me proporcionaron los supuestos efectos milagrosos que otros diabéticos reportan, y los multivitamínicos me suelen estropear la salud intestinal. Pero ya que no me quedaba ninguna otra opción más allá de intentar comer menos o masticar mejor, decidí darle una oportunidad.

Comencé tomando magnesio en pastillas efervescentes, de la marca Aquilea, que es el que suele venderse en la mayoría de farmacias españolas. Son 14 comprimidos de carbonato de magnesio solubles en agua, con sabor a limón. A partir de los primeros 4 días comencé a notar que dormía mejor, y mis dolores estomacales empezaron a pararse poco a poco. Comencé a ir al baño con normalidad. Lo atribuí al hecho de que estaba comiendo más lentamente, pero poco a poco noté como mi energía aumentaba y parecía absorber los alimentos mejor. Incluso empecé a ganar un poco de peso lentamente. Después de hacer mi investigación, concluí que era muy posible que el magnesio estuviese contribuyendo poco a poco a ello, y doblé mi dosis sin efectos perniciosos.

Dado que el precio del magnesio que estaba tomando no era el más asequible, decidí cambiarme al de la marca Sotya. Cada bote trae 100 comprimidos de citrato de magnesio en forma de pastillas, por un precio bastante asequible. Sigo tomando entre 1-2 comprimidos al día sin ningún tipo de problema estomacal, aunque sí es cierto que las pastillas en general (y no solo las de magnesio) no son muy bien recibidas por mi mucosa intestinal. Un mes después, tengo más energía de la que solía tener antes y no he vuelto a tener problemas estomacales reseñables. Además recupero muy bien después del deporte, cuando en el pasado, después de una tirada larga corriendo, estaba hecho polvo al día siguiente. También solía despertarme en mitad de la noche con subidas en los gemelos muy dolorosas, que ahora se han reducido a más de la mitad.

Para intentar esclarecer las causas de mi mejora, decidí recomendar a mis padres tomar magnesio, en este caso los comprimidos efervescentes de la marca Aquilea. Una semana después, mi padre me dijo que se sentía más enérgico durante el día, y mi madre me comentó que sus usuales dolores musculares se estaban aliviando un poco.

Mi conclusión es que es muy probable que estuviese sufriendo una deficiencia de magnesio. Consideraba mis síntomas como algo normal en mi día a día, una especie de carga difícil de aliviar, y no síntomas de una deficiencia. No considero que sea ningún remedio milagroso, ni nada parecido. Es muy sencillo: si tienes una deficiencia de magnesio u otro tipo de electrolitos, vas a sentir síntomas que puedes identificar con ello o no. Si tomas un suplemento, los solucionarás. Si no, la causa de tus síntomas debe tener otra razón. Tampoco pretendo hacer publicidad de ninguna marca concreta, así que con cualquier otra marca puede irte mejor o peor.

En definitiva, recomiendo a todo el mundo probar durante un mes o dos, evaluar y continuar tomándolo o descartarlo. Yo, personalmente, lo he incorporado en mi día a día y noto mejoras, por lo que seguiré adelante.

¡Suerte, y a experimentar!

1 comentario:

  1. Hola! ¿has probado el Bisglicinato de Magnesio. Se absorbe mejor que la forma citrato y es aún más suave con el estómago. Eso sí, es al más caro pero de verdad merece la pena. Un saludo

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