31 de diciembre de 2014

Dejar los hidratos de carbono debería parecerse a dejar de fumar

El otro día veía una entrevista a Gary Taubes, en la que hablaba sobre las hipótesis que presenta en su libro Why We Get Fat. Taubes es uno de los defensores más acérrimos de la idea de que no todas las calorías son iguales, sino que las provenientes de los carbohidratos estimulan la producción de insulina, hormona determinante en la acumulación de grasa, por lo que las calorías de los hidratos de carbono nos hacen más gordos.



Taubes piensa que las personas obesas suelen mostrar un problema de adicción crónica a los hidratos de carbono, por lo que deben dejarlos con el mismo procedimiento que sigue un alcohólico o un fumador. El resto de personas cuenta con diferentes niveles (basados en la genética o la actividad física) de aceptación de carbohidratos, y una vez sobrepasado este nivel es fácil aumentar de peso.

Uno de los ejemplos que pone es especialmente llamativo. Imaginemos que un fumador acude a su médico, pidiendo ayuda para dejar de fumar. El médico le propone un plan para conseguirlo, y para ello establece las siguientes pautas: Vas a dejar de fumar a partir de mañana. Cuando haya pasado un mes, todos los efectos propios de la adicción al tabaco probablemente habrán pasado en mayor o menor medida. Entonces, cuando ya no tengas necesidad alguna de fumar, vamos a introducir poco a poco los cigarrillos de nuevo en tu día a día, pero esta vez vamos a hacerlo en menor cantidad y con mayor control. 


A nadie se le ocurriría esa locura, ¿verdad? Si nuestro paciente fumador hiciese eso, probablemente volvería a fumar de forma compulsiva en un tiempo récord, reduciendo su esfuerzo para dejar de fumar a la nada. Por eso, Taubes piensa que, cuando el problema de salud de una persona con sobrepeso o diabetes tiene su raíz en los carbohidratos, no tiene sentido volver a reintroducirlos una vez se haya conseguido solucionar ese problema. Volver a dar carbohidratos a un ex adicto es la vía más fácil para retornar al problema de salud inicial, y terminar finalmente dando interminables vueltas en círculos. Y aun así, si la persona ha conseguido perder peso reduciendo los carbohidratos a un nivel determinado, ¿de qué sirve subirlos o bajarlos una vez se ha llegado a un peso estable y adecuado?

Parece tener sentido, pero la mayoría de la gente sigue empeñada en llevar a cabo regímenes especiales en lugar de hacer cambios permanentes del estilo de vida. Ninguna combinación mágica de alimentos, ni ninguna dieta basada en matar de hambre a las células puede hacer que la pérdida de peso sea sostenible. 

Entrevista completa con Gary Taubes (en inglés):

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