3 de febrero de 2015

[n=1] Hipoglucemias nocturnas a diario...durante meses.

Creo que he estado teniendo hipoglucemias nocturnas sin darme cuenta durante meses, en algunos casos perdiendo la conciencia. Suena extraño, pero se debe a una conjunción de factores que pueden estar provocando fenómenos parecidos en muchas personas, que pasan años y años sin darse cuenta por el simple hecho de que no son capaces -o no se les ocurre- levantarse en mitad de la noche para comprobar cómo tienen la glucosa. Si no tienes la costumbre, te recomiendo desde ya que durante la próxima semana compruebes cómo tienes la glucosa en mitad de la noche. Podría estar ocurriéndote a ti.


Mis sospechas comenzaron hace más de un año, al poner en común las unidades de insulina que mis compañeros de enfermedad solían ponerse...y las que me ponía yo. Por lo general, parecía que me pinchaba más insulina de lo que era normal para mi peso y altura. Al fin y al cabo, la resistencia a la insulina varía según la persona, y decidí no darle demasiada importancia. Algo extraño, sin embargo, ocurría mientras dormía. En primer lugar, mi glucosa solía bajar dramáticamente cuando dormía la siesta. Podía irme a dormir un par de horas en 120, y despertarme en 70. Y en segundo lugar, las diferencias en la cantidad de insulina basal que me ponía por la mañana, y las unidades que me ponía por la noche, era enorme.

Llevo usando Levemir varios años, una insulina basal con una duración aproximada de entre 12 y 18 horas, aunque algunas personas aseguran que llegar a durar 24 horas...y otras que apenas dura 8. En mi caso, la duración se extendía sobre las 14-16 horas, por lo que me inyectaba en dos ocasiones durante el día, al levantarme y al acostarme. Por la mañana me ponía unas 18 unidades, y por la noche unas 6. La razón de necesitar tan poca insulina durante la noche es muy sencilla. Generalmente, entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana nuestro metabolismo basal se desacelera. Estamos descansando, y no activos.

Sin embargo, durante las primeras horas de la mañana, comenzando generalmente a las 6, nuestro cuerpo empieza a prepararse para el día que se le viene encima. Para ello, nuestro hígado libera parte de la glucosa que tiene almacenada, y el páncreas produce insulina para equilibrar los niveles de glucosa y cumplir esa función: administrar energía para afrontar la mañana. Este es un resto de nuestra naturaleza primitiva: nuestro cuerpo aún no está adaptado a abrir la nevera y preparar el desayuno, espera que salgamos de la cueva y cacemos un mamut. Para eso, necesitamos tirar de las reservas con las que nuestro cuerpo ya cuenta.

En los pacientes diabéticos, el glucógeno liberado en esas primeras horas no puede ser contrarrestado por la insulina producida por nuestro páncreas, por lo que la glucosa tiende a subir, y nuestro organismo es más resistente a la insulina. Es decir, necesitaremos ponernos más insulina de la que necesitaríamos a cualquier otra hora del día. No sólo eso, sino que nuestro cuerpo parece ''chupar'' la insulina basal circulante. Nos deja secos, hablando claro. Esto es denominado como el Fenómeno del Alba o Dawn Phenomenon, y solo puede ser evitado al completo si contamos con una bomba de insulina programada para alterar el flujo de insulina basal en esas horas.

Así que, en mi caso, me ponía esas 6 (a veces 4, a veces 8) para contrarrestar el fenómeno del Alba por la mañana. Lo que no sabía es que entre el momento en que me iba a dormir y el momento en que sufría el fenómeno del Alba, probablemente estaba sufriendo una hipoglucemia sostenida, en la mayoría de los casos sin darme cuenta, volviendo a niveles normales en la hora anterior a levantarme. Estas hipoglucemias quizás se debían, debo aclarar, a que mi metabolismo basal se desacelera mucho cuando me voy a dormir. Supongo que es una característica personal mía. Algo genético. Pero hay otros factores que pueden explicarlo.

Uno de ellos es el Efecto Somogyi, una teoría que pretende explicar los rebotes que algunos diabéticos sufren tras tener una hipoglucemia. Según un médico estadounidense llamado Michael Somogyi, aquellos niños con diabetes que despertaban por la mañana con el azúcar alta estaban en realidad sufriendo hipoglucemias nocturnas, y el hígado, en una acción desesperada por salvar la vida, lanzaba glucosa para contrarrestar los bajos niveles de glucosa en sangre. Tiene sentido, y podría explicar aquello que me ocurre a mí. Pero lo cierto es que no hay ninguna evidencia, cero, que demuestre que esta teoría es cierta, y Somogyi murió en 1971, cuando la glucosa en sangre tardaba más de una hora en medirse. Sin embargo, la mayoría de endocrinos creen que este fenómeno es real, y ha pasado a ser parte del corpus de enseñanzas que la mayoría de endocrinos transmiten a sus pacientes.

Ahora bien, en mi opinión el Efecto Somogyi es real a medias. Puede ocurrir algo parecido, pero no se explica por las causas que Michael Somogyi propuso hace varias décadas. Para mí, lo que da sentido a mi teoría es que da una razón de ser al hecho de que Somogyi explicase su teoría haciendo uso de las hipoglucemias nocturnas. Está comprobado que nuestro cuerpo produce más cortisol tras sufrir una hipoglucemia. El cortisol es la hormona del estrés, y está directamente relacionada con la resistencia a la insulina. A mayor circulación de cortisol, más resistencia a la insulina. Si tienes una hipoglucemia, tu cuerpo produce mayor cantidad de cortisol hasta entre 6 y 8 horas después. Y eso hace que durante esas horas tu cuerpo esté blindado, necesitando más insulina.

Imagina que tienes una hipoglucemia durante la noche, sin darte cuenta. Te pasas cinco horas con la glucosa más baja de la cuenta. Cuando te recuperes, el chute de cortisol va a ser tremendo. Y encima, llegan las seis de la mañana y tu hígado libera glucosa durante el Fenómeno del Alba. Se unen ambos factores, y eso te hace usar mucha más insulina de lo normal. Eso es, básicamente, lo que sospecho que me ha estado pasando a mí durante mucho tiempo. Esta serie de eventos desafortunados me hacían tener peor control, una intolerancia increíble a los carbohidratos y una resistencia a la insulina impropia de un joven de menos de 20 años.

Por eso, cuando tuve un Freestyle Libre midiéndome continuamente la glucosa durante la noche, me extrañaba ver que durante las 5 o 6 primeras horas de la noche mi glucosa bajaba dramáticamente hasta ''hipolandia'', y justo antes de levantarme subía a niveles normales. Lo atribuí al hecho de que los sensores salían defectuosos y marcaban valores por debajo de lo normal...pero mi Freestyle Libre no se equivocaba en eso.

En los últimos días he estado evitando al 100% mi inyección de Levemir de la noche. Es decir, que he quitado unas 6 unidades de golpe, que deberían cubrirme supuestamente durante las diez o doce horas de la noche -desde que ceno hasta que me levanto al día siguiente-. También estoy haciendo un esfuerzo por no irme a dormir por debajo de 120. El resultado es que me levanto sorprendentemente bien. Los valores no son mucho más altos respecto a los valores con los que me acuesto, y no hay hipoglucemia en medio. ¡El pinchazo nocturno de Levemir literalmente me sobraba!

Consideremos ahora la parte triste. Lo que me llevó a ahondar más en mis sospechas es que hace unos días me levanté con taquicardia y la glucosa a 50. He estado durante tres o cuatro días bastante cansado, sin poder hacer esfuerzos, y sintiéndome bastante lento, mental y físicamente. Ahora me siento seguro y sé que voy a tener cuidado de no volver a recaer en mi error, pero eso me suscita algunas reflexiones.

En primer lugar, ¿hasta donde alcanza el daño que me he hecho durante este tiempo? Sospecho que las continuas hipoglucemias nocturnas han estado reduciendo significativamente mi rendimiento cognitivo, provocándome cambios de humor, problemas de ansiedad, peor control de la glucosa durante el resto del día...¿Qué parte de ese daño es permamente?

En segundo lugar, ¿merece la pena tomarse la diabetes tan en serio? Durante mucho tiempo he sido un obseso del control. Me he medido 8 veces al día, he evitado algunas ocasiones sociales para no interrumpir mi control y he pensado en la diabetes como una de las partes centrales de mi vida. Sin embargo, el único momento del día en que he dejado de pensar en la diabetes es el que me ha estado haciendo daño. No se me ha ocurrido levantarme a las 3 de la mañana para hacerme un control todos los días, porque eso sería bordear la locura. Y sin embargo, he estado loco respecto a mi diabetes. Mi respuesta es: no, no ha merecido la pena tomárselo todo tan en serio. ¡Señales que te manda la vida...!

1 comentario:

  1. elite male extra vitality complex review and super male vitality size true male vitality super male vitality full stomach alex jones male vitality strip infowars super male vitality ad super male vitality healing alex jone super male vitality super male vitality infowars meme super male vitality lee ann mcadoo alex jones taking male vitality male sexual vitality tonic This male prosperity enhancer has benefits like it assembles essentialness and augmentations in magnetism. This supplement has an also favored outlook of extending the traverse, size, and hardness of your erection with a more grounded sexual drive. Instructions to utilize Vitality RX
    http://www.cureidea.com/vitality-male-enhancement/

    ResponderEliminar